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- Faustino Rupérez Rincón va ser un ciclista espanyol que fou professional entre 1979 i 1985. Com a amateur va aconseguir una vintena de triomfs, incloent entre ells el Campionat d'Espanya. Durant el seu primer any com a professional va quedar quart de la Volta a Espanya i fou el vencedor del Campionat d'Espanya, malgrat acabar segon, en donar positiu en un control antidopatge el guanyador, Isidro Juárez. El seu èxit més important fou el triomf a la Volta Ciclista a Espanya . El repetí la quarta posició final en aquesta cursa. Va participar en tots els Campionats del Món mentre va ser professional. La millor posició hi va ser la quarta plaça assolida el 1983. En retirar-se del ciclisme professional ha esdevingut el director tècnic del grup esportiu KAS, formació ciclista en què corria Sean Kelly el 1988 quan es proclamà vencedor de la Volta a Espanya. D'aquesta manera és la primera persona, i de moment única, que guanyava la Volta a Espanya com a ciclista i com a director. Després de la desaparició de l'equip KAS, Rupérez fou director de l'equip Puertas Mavisa. El 1994 va entrar a la Federació Espanyola d'Esports per a Cecs, on és director tècnic de ciclisme en tàndem i va prendre part en aquest lloc als Jocs Paralímpics d'Atlanta, Sydney i Atenes. (ca)
- Faustino Rupérez Rincón (* 29. Juli 1956 in Piquera de San Esteban, Spanien) ist ein ehemaliger spanischer Radrennfahrer. (de)
- Faustino Rupérez Rincón (born 29 July 1956) is a Spanish former professional road racing cyclist who raced between 1979 and 1985. Ruperez is most famous for capturing the overall title at the 1980 Vuelta a España. He finished 4th in the 1979 Vuelta a España, won the 1981 Volta a Catalunya and finished 2nd overall at the 1984 Tour of the Basque Country behind Sean Kelly. Since retiring from competitive cycling, Rupérez has served as a directeur sportif for the Spain national team. (en)
- Faustino Rupérez Rincón (Piquera de San Esteban, Soriako probintzia, 1956ko uztailak 29) espainiar txirrindulari ohia da, profesionala 1979 eta 1985 artean. Zaletu bezala hogei garaipen lortu zituen, horien artean Espainiako txapelketa. Profesional bezala eman zuen lehen urtean, Faustino Rupérez 4. izan zen Espainiako Vueltan eta Espainiako Txapelketako txapeldun, bigarren amaitu arren, garailea izan zen dopinen aurkako kontrol batean positibo eman ondoren. Bere lorpenik handiena 1980ko Espainiako Itzulia irabazi izana da. 1982ko Espainiako Itzulian 1979koan lortu zuen 4. postua ere errepikatu zuen. Munduko Txirrindularitza Txapelketa guztietan parte hartu zuen profesional bezala eman zuen denboran, emaitzarik hoberena bezala 1983an 4. postua lortuz. Txirrindularitza profesionala utzi ondoren Kas kirol taldearen zuzendari izan zen, talde honekin Seán Kellyk 1988ko Espainiako Itzulia irabazi zuelarik Faustino Rupérezen agindupean. Bitxikeria bezala, Faustino Rupérez da Espainiako Itzulia txirrindulari bezala eta zuzendari bezala irabazi duen bakarra. KAS taldea desagertu ondoren, Rupérez zuzendaria ere izan zen. 1994an Itsuentzako Kirolen Espainiar Federazioan sartu zen, non tandemeko txirrindularitzaren zuzendari teknikoa den, postu horretan Atlanta, Sydney eta Atenaseko Olinpiar jokoetara joan zelarik. (eu)
- Faustino Rupérez Rincón (Piquera de San Esteban, Soria; 29 de julio de 1956) es un ciclista español retirado, profesional entre los años 1979 y 1985. Como amateur, logró una veintena de triunfos, incluyendo entre ellos el Campeonato de España. En esa fase de su carrera ya dio muestras de ser un corredor completo, capaz de hacer un buen papel en pruebas de un día, así como en pruebas por etapas. Incluso en la más importante para corredores de su condición, como lo muestra su 6º puesto en la clasificación general del Tour del Porvenir de 1978 (acumulando nada menos que 6 Top-Ten en las doce etapas de que constaba la prueba). En su primer año como profesional, Faustino Rupérez fue cuarto en la Vuelta a España, solamente superado por Zoetemelk, Galdós y Pollentier y por delante de Pedro Torres, Van Impe, Seznec, Alban o Alberto Fernández, entre otros. También fue vencedor en el Campeonato de España, a pesar de terminar segundo, al dar positivo el ganador, Isidro Juárez, en un control antidopaje. Su mayor éxito fue la victoria final conseguida en la Vuelta a España 1980, en un momento en el que el ciclismo español era frecuentemente desmerecido por los ciclistas extranjeros. En parte debido a que en las tres últimas ediciones vencieron ciclistas de otros países, mientras que los españoles sólo habían conseguido tres plazas de podio de nueve posibles. En la Vuelta a España de 1980, Rupérez superó a veteranos del pelotón nacional como Pedro Torres (2º) y Galdós (8º), y del pelotón internacional, como De Muynck (7º) y Thevenet (14º). Pero, sobre todo, se impuso a un elenco de jóvenes llamados a tener un papel muy destacado en la nueva generación en ciernes del ciclismo mundial, caso de Claude Criquielion (3º), Sean Kelly (4º), Marino Lejarreta (5º) o Roberto Visentini (15º). En el año 1981 Rupérez tuvo dos accidentes, ambos en competición, que lastraron su rendimiento. Sobre todo en la Vuelta a España, ya que llegó muy corto de preparación. Pero el más grave se produjo en el Giro de Italia, ya que le obligó a abandonar la competición. Las crónicas de la época cuentan que se temió por su vida. Aunque, tras una buena recuperación, logró acumular varios triunfos en el tramo final de la temporada, siendo el más importante la clasificación general de la Volta a Cataluña, superando a Serge Demierre, Marino Lejarreta, Johan Van der Velde y Vicente Belda. Si nos fijamos en las etapas, Rupérez logró 6 Top-ten en 8 días de competición, haciendo gala de su gran regularidad. A lo largo de su carrera siguió logrando buenos puestos en las clasificaciones generales de las grandes rondas por etapas. En total, fueron 7 Top-ten en 7 años como profesional, destacando el 4º puesto en la Vuelta a España de 1982 o el 7º puesto del Giro de Italia de 1983 (en cuya edición sólo cuatro ciclistas invirtieron menos tiempo que Rupérez en el recorrido, pero las exageradas bonificaciones de la época -que llegaban a ser de medio minuto para el vencedor de cada etapa- le impidieron acceder a ese 5º puesto). En realidad, alcanzó un puesto entre los diez primeros en todas las clasificaciones generales de las grandes rondas por etapas que disputó y terminó en las seis temporadas que van desde 1978 a 1983, con la única excepción del Giro de Italia de 1980, en que fue 11.º por tres segundos, mientras que, para hacernos una idea, el 12º clasificado, el francés Bernaudeau, quedó a casi siete minutos de Rupérez. Mientras que, dentro de esas estadísticas, en las temporadas 1982 y 1983 alcanzó un "doble Top-ten" (clasificado entre los diez primeros de la general de la Vuelta a España y del Giro de Italia en el mismo ejercicio). El soriano también fue un buen corredor de las Vueltas de una semana integradas en el calendario internacional, acumulando, aparte de la victoria en la Volta de 1981, varios pódiums, como un segundo puesto en la clasificación general de la la Volta (1983); dos segundos puestos de la general de la Semana Catalana (1979 y 1983) y otro en la general de la Vuelta al País Vasco (1984). En cuanto a las pruebas de un día, fue seleccionado para participar en todos los Campeonatos del Mundo mientras fue profesional, alcanzando como mejor resultado la cuarta plaza en 1983. En esa ocasión fue el gran animador de la prueba junto al estadounidense Greg Lemond (1º), pero perdió la medalla de bronce por apenas media rueda frente a Stephen Roche, en el sprint final de un grupo selecto en el que también figuraban Van der Poel (2º) y Criquielion (5º). En esa época los equipos españoles apenas frecuentaban las clásicas del calendario internacional. Pero, en sus escasas apariciones, Rupérez también tuvo actuaciones destacadas en las clásicas de otoño italianas, tanto en el Giro de Lombardía, como en el Giro del Piemonte. Cuando Rupérez logró el trinufo en la edición de 1982 del Giro del Piemonte, terminó con una larga sequía para nuestro ciclismo, ya que se convirtió en el primer español en lograr una victoria en una clásica desde 1964. A lo largo de esos años, Rupérez fue el alma del equipo ZOR, en cuyas filas desarrolló toda su trayectoria como corredor profesional. Existe cierto consenso en que el año 1983 fue el del despegue definitivo del ciclismo español. Año recordado por el magnífico Tour de Francia que hicieron Arroyo (2º) y Delgado (15º), entonces en el seno del equipo Reynolds. Pero no podemos olvidar que también contribuyeron a ganar esa nueva imagen en el pelotón internacional los éxitos colectivos del equipo ZOR, que, con la contribución de Rupérez, esa misma temporada fue capaz de vencer en la clasificación general por equipos tanto de la Vuelta a España que venció Hinault, como del Giro de Italia que coronó a Saronni. El triunfo de Rupérez en la Vuelta de 1980, así como su buen rendimiento en otras pruebas del calendario internacional, lo convierten por derecho propio en uno de los principales representantes de la nueva ola del ciclismo español que irrumpió con fuerza a principios de los 80s, junto con Marino Lejarreta, Alberto Fernández o Ángel Arroyo, sin olvidar a los Vicente Belda, Eduardo Chozas o Pedro Muñoz. De hecho, Rupérez fue la avanzadilla de este grupo de corredores a los que, a partir de 1983, se incorporaron los primeros éxitos de Pedro Delgado (profesional desde el año anterior) y, a partir de 1985 -la última temporada en activo del propio Rupérez- y años sucesivos, los de Miguel Induráin. Como balance de su carrera profesional, puede decirse que Rupérez no era un claro especialista en nada, pero se defendía bien en todos los terrenos. Es difícil referirse a él como un escalador puro, pero lo cierto es que Rupérez tenía buenas actuaciones en las etapas de media y alta montaña, en las que acostumbraba a entrar con los mejores. Un ejemplo de ello lo tenemos en el Giro de Italia de 1982, que contaba con tres llegadas en puertos de primera categoría y otras dos etapas de alta montaña, en las que se debían superar varias cumbres de primera categoría a lo largo de su recorrido. Pues bien, Rupérez las completó con un tercer puesto, dos sextos puestos, y dos séptimos puestos. Hinault ganó dos de esas etapas y finalmente ganó la clasificación general del Giro. Pero, si sumamos los tiempos de esas cinco etapas, apenas le sacó un minuto y medio a Rupérez (bonificaciones al margen), mientras que el soriano, junto a Vicente Belda (enrolado en el Kelme) le dio relevos a Hinault en una de esas etapas decisivas (la decimoséptima, de 232 km, que terminaba en Boario Terme) cuando el francés estaba literalmente contra las cuerdas. Las imágenes de la época mostraron a Hinualt llegando a meta, agotado, a duras penas aguantando la rueda de Belda y Rupérez, pero eso a la postre fue decisivo para que el "tiburón" galo pudiera hacerse con la clasificación general del Giro. Al final, Rupérez sólo pudo ser 10.º en dicha clasificación general, puesto que no se corresponde con sus buenas actuaciones, pero eso se debió en gran medida a una inoportuna caída en la sexta etapa, que le hizo perder más de 5 minutos, con la particularidad que fue el único de los jefes de filas que resultó afectado por ese incidente. Descontando esos minutos, Rupérez hubiera concluido ese Giro en la 6ª plaza, por delante de Saronni, Beccia o Moser. Si la mayor virtud de Rupérez era la regularidad, su mayor defecto era su escasa eficacia en el sprint, cosa que le privó de algunos éxitos a lo largo de su carrera. En cambio, fue un buen rodador, siendo temido por sus largas escapadas en solitario, forjadas cuando la carretera picaba hacia arriba, aprovechando tanto las ascensiones como los descensos de los puertos de montaña que pudieran jalonar el recorrido. Estos ataques fueron el origen de la inmensa mayoría de sus victorias. Mientras que en las etapas contrarreloj, pese a no alcanzar las prestaciones de los mejores ciclistas del momento, se defendía razonablemente bien, como lo demuestran varios Top-Ten en sendas etapas contra el crono de la Vuelta a España (su mejor puesto en esta disciplina fue un 5º, en la de 1983) aunque también hizo gala de aceptables prestaciones en las etapas contrarreloj de los Giros de Italia, que siempre contaban con un elenco de buenos especialistas del pelotón internacional (su mejor puesto en una etapa de este tipo fue el 10.º, ex aequo con el especialista alemán Gregor Braun, en la edición de 1983, pero también logró varios Top-20) así como en la Volta a Cataluña o en la Vuelta al País Vasco (bastantes Top-ten entre ambas pruebas, con un 3º como mejor puesto, en la edición de 1983 de la Volta, tan solo por detrás del mejor especialista español de la época, Julián Gorospe, y del suizo Thalman). A lo largo de su carrera, tras su prometedora temporada como neo-profesional (1979) Rupérez ejerció de líder de su equipo en las temporadas 1980, 1981 y 1982, en las que se concentran sus triunfos más relevantes. Pero, a partir de 1983, con el fichaje de Alberto Fernández por el ZOR, pasó a ejercer como su lugarteniente. Expresión que define mejor que la de gregario su desempeño en carrera. Esta circunstancia se repitió en la temporada de 1984. Una de las anécdotas más relevantes de esta relación se dio en la Semana Catalana de 1983, ya que el último día de competición, cuando Rupérez ya la tenía virtualmente ganada, en el trayecto que iba del descenso del último puerto de montaña hasta la meta, el soriano levantó el pie del pedal para que de ese modo Alberto Fernández, que venía luciendo el maillot de líder, pero bastante rezagado y muy justo de fuerzas, pudiera recortar distancias, mantener ese liderato in extremis, y de ese modo hacerse con el triunfo final. Debido a diversos problemas físicos, al terminar la temporada de 1985, que fue la única realmente floja en resultados, Rupérez decidió colgar la bicicleta. Quizá prematuramente. Porque la suya fue una carrera profesional más bien corta, si la comparamos con la de otros ciclistas de la época (y con más razón si lo comparamos con las carreras de los ciclistas de nuestros días). A pesar de lo cual, Rupérez acumuló un total de 33 victorias como profesional (incluyendo 30 en la modalidad de fondo en carretera; una en pista y otras dos en la modalidad de ciclo-cross). Todo ello sin contar con varios triunfos menores, entre los que hay que resaltar diversos premios conseguidos en vueltas de una semana, como los de la montaña (Semana Catalana de 79, Vuelta a Asturias de 84, Vuelta a los Tres Cantos de 85), o de la regularidad (Vuelta a Asturias de 83), e incluso el de los sprints especiales (Vuelta a La Rioja de 84... acumulados, no al sprint, sino gracias a dos de esas largas escapadas que tanto le caracterizaban -y que también le valieron un triunfo de etapa en esa edición de la citada competición-). Tras abandonar el ciclismo profesional, fue el director técnico del grupo deportivo KAS, formación ciclista donde Sean Kelly ganó la Vuelta a España 1988 a sus órdenes. Como curiosidad, Faustino Rupérez es la única persona que ha ganado la Vuelta a España como corredor y como director. Tras la desaparición del equipo KAS, Rupérez fue también director del equipo Puertas Mavisa. En 1994 entró en la Federación Española de Deportes para Ciegos, donde es director técnico de ciclismo en tándem, habiendo acudido en dicho puesto a los Atlanta, Sídney y Atenas. (es)
- Faustino Rupérez Rincón (né le 29 juillet 1956 à Piqueras) est un coureur cycliste espagnol. Professionnel de 1979 à 1985, il a notamment remporté le Tour d'Espagne en 1980. (fr)
- Faustino Rupérez Rincón (San Esteban de Gormaz, 29 luglio 1956) è un ex ciclista su strada spagnolo. Professionista dal 1979 al 1985, vinse una Vuelta a España, una Volta Ciclista a Catalunya e un Giro del Piemonte. (it)
- Faustino Rupérez Rincon (Piqueras, 29 juli 1956) is een voormalig Spaans wielrenner. De Spanjaard was een begenadigd klimmer en ronderenner, bekend om zijn lange ontsnappingen. Rupérez werd als neo-prof meteen 4de in de Ronde van Spanje in 1979 en won deze in 1980. In zijn 7 jaren als professional eindigde hij 7 maal in de top 10 in de grote rondes. Als gevolg van fysieke problemen eindigde hij zijn carrière al in 1985, op 29-jarige leeftijd. Na zijn wielercarrière werd hij technisch directeur van de Kas-wielerploeg, waarmee hij met Sean Kelly de Ronde van Spanje in 1988 won. Rupérez is daarmee de enige die zowel als renner als sportdirecteur de Vuelta won. (nl)
- ファウスティノ・ルペレス・リンコン（Faustino Rupérez Rincón、1956年7月29日 - ）は、スペイン、サン・エステバン・デ・ゴルマス出身の元自転車競技（ロードレース）選手。 (ja)
- Faustino Rupérez Rincón é um ciclista espanhol retirado, profissional entre os anos 1979 e 1985. Como amador, conseguiu uma vintena de triunfos, incluindo entre eles o Campeonato da Espanha. Nessa fase da sua carreira já deu amostras de ser um corredor completo, capaz de fazer um bom papel em provas de um dia, bem como em provas por etapas. Inclusive na mais importante para corredores da sua condição, como o mostra o seu 6.º posto na classificação geral do Tour de l'Avenir de 1978 (acumulando nada menos que 6 Top-Ten em doze etapas de que constava a prova). Em seu primeiro ano como profissional, Faustino Rupérez foi quarto na Volta a Espanha, somente superado por Zoetemelk, Galdós e Pollentier e por adiante de Pedro Torres, Van Impe, Seznec, Alban ou Alberto Fernández, entre outros. Também foi vencedor no Campeonato da Espanha, apesar de terminar segundo, ao dar positivo o ganhador, , num controle antidopagem. O seu maior sucesso foi a vitória final conseguida na Volta a Espanha de 1980, num momento no que o ciclismo espanhol era frequentemente desmerecido pelos ciclistas estrangeiros. Em parte como nas três últimas edições venceram ciclistas de outros países, enquanto os espanhóis só tinham conseguido três praças de pódio de nove possíveis. Na Volta a Espanha de 1980, Rupérez superou a veteranos do pelotão nacional como Pedro Torres (2.º) e Galdós (8.º), e do pelotão internacional, como De Muynck (7.º) e Thevenet (14.º). Mas, sobretudo, impôs-se a um elenco de jovens chamados a ter um papel muito destacado na nova geração em cernes do ciclismo mundial, caso de Claude Criquielion (3.º), Sean Kelly (4.º), Marino Lejarreta (5.º) ou Roberto Visentini (15.º). No ano 1981 Rupérez teve dois acidentes, ambos em competição, que lastraram o seu rendimento. Sobretudo na Volta a Espanha, já que chegou muito curto de preparação. Mas o mais grave produziu-se no Giro de Itália, já que obrigou-lhe a abandonar a competição. As crónicas da época contam que se temeu pela sua vida. Ainda que, depois de uma boa recuperação, conseguiu acumular vários triunfos no trecho final da temporada, sendo o mais importante a classificação geral da Volta à Catalunha, superando a Serge Demierre, Marino Lejarreta, Johan Van der Velde e Vicente Belda. Se fixamos-nos nas etapas, Rupérez conseguiu 6 Top-ten em 8 dias de competição, fazendo gala de sua grande regularidade. Ao longo da sua carreira seguiu conseguindo bons postos nas classificações gerais das grandes rodadas por etapas. Ao todo, foram 7 Top-ten em 7 anos como profissional, destacando o 4.º posto na Volta a Espanha de 1982 ou o 7.º posto do Giro de Itália de 1983 (em cuja edição só quatro ciclistas investiram menos tempo que Rupérez no percurso, mas as exageradas bonificaçõess da época -que chegavam a ser de meio minuto para o vencedor da cada etapa- lhe impediram aceder a esse 5.º posto). Em realidade, atingiu um posto entre os dez primeiros em todas as classificações gerais das grandes rodadas por etapas que disputou e terminou em seis temporadas que vão desde 1978 a 1983, com a única excepção do Giro de Itália de 1980, em que foi 11.º... por só três segundos, enquanto, para nos fazer uma ideia, o 12.º classificado, o francês Bernaudeau, ficou a quase sete minutos de Rupérez. Enquanto, dentro dessas estatísticas, nas temporadas 1982 e 1983 atingiu um "duplo Top-ten" (classificado entre os dez primeiros da geral da Volta a Espanha e do Giro de Itália no mesmo exercício). O soriano também foi um bom corredor das Voltas de uma semana integradas no calendário internacional, acumulando, aparte da vitória na Volta de 1981, vários pódiums, como um segundo posto na classificação geral da Vuelta (1983); dois segundos postos da geral da Semana Catalã (1979 e 1983) e outro na geral da Volta ao País Basco (1984). Quanto às provas de um dia, foi seleccionado para participar em todos os enquanto foi profissional, atingindo como melhor resultado a quarta praça em 1983. Nessa ocasião foi o grande animador da prova junto ao estadounidense Greg Lemond (1.º), mas perdeu a medalha de bronze por mal meia roda em frente a Stephen Roche, no sprint final de um grupo selecto no que também figuravam Van der Poel (2.º) e Criquielion (5.º). Nessa época as equipas espanholas mal frequentavam as clássicas do calendário internacional. Mas, em seus escassos aparecimentos, Rupérez também teve actuações destacadas nas clássicas de outono italianas, tanto no Giro de Lombardia, como no Giro do Piemonte. Quando Rupérez conseguiu o trinufo na edição de 1982 do Giro do Piemonte, terminou com uma longa seca para ciclismo espanhol, já que se converteu no primeiro espanhol em conseguir uma vitória numa clássica desde 1964. Ao longo desses anos, Rupérez foi a alma da equipa ZOR, em cujas fileiras desenvolveu toda a sua trajectória como corredor profissional. Existe verdadeiro consenso em que no ano 1983 foi o da descolagem definitiva do ciclismo espanhol. Ano recordado pelo magnífico Tour de France que fizeram Arroyo (2.º) e Delgado (15.º), então no seio da equipa Reynolds. Mas não podemos esquecer que também contribuíram a ganhar essa nova imagem no pelotão internacional os sucessos colectivos da equipa ZOR, que, com a contribuição de Rupérez, essa mesma temporada foi capaz de vencer na classificação geral por equipas tanto da Volta a Espanha que venceu Hinault, como do Giro de Itália que coroou a Saronni. O triunfo de Rupérez na Vuelta de 1980, bem como o seu bom rendimento em outras provas do calendário internacional, convertem-no por direito próprio num dos principais representantes da nova onda do ciclismo espanhol que irrompeu com força a princípios da década de 80, junto com Marino Lejarreta, Alberto Fernández ou Ángel Arroyo, sem esquecer aos Vicente Belda, Eduardo Chozas ou Pedro Muñoz. De facto, Rupérez foi a avançado deste grupo de corredores aos que, a partir de 1983, se incorporaram os primeiros sucessos de Pedro Delgado (profissional desde o ano anterior) e, a partir de 1985 -a última temporada em activo do próprio Rupérez- e anos sucessivos, os de Miguel Indurain. Como balanço da sua carreira profissional, pode se dizer que Rupérez não era um claro especialista em nada, mas se defendia bem em todos os terrenos. É difícil referir-se a ele como um escalador puro, mas o verdadeiro é que Rupérez tinha boas actuações nas etapas em media e alta montanha, nas que acostumava a entrar com os melhores. Um exemplo disso o temos no Giro de Itália de 1982, que contava com três chegadas em portos de primeira categoria e outras duas etapas de alta montanha, nas que se deviam superar várias cimeiras de primeira categoria ao longo do seu percurso. Pois bem, Rupérez as completou com um terceiro posto, dois sextos postos, e dois sétimos postos. Hinault ganhou dois dessas etapas e finalmente ganhou a classificação geral do Giro. Mas, se somámos os tempos dessas cinco etapas, mal lhe sacou um minuto e meio a Rupérez (bonificações à margem), enquanto o soriano, junto a Vicente Belda (enrolado na Kelme) lhe deu relevos a Hinault numa dessas etapas decisivas (a decima sétima, de 232 km, que terminava em Boario Terme) quando o francês estava literalmente contra as cordas. As imagens da época mostraram a Hinualt chegando à meta, esgotado, a duras penas aguentando a roda de Belda e Rupérez, mas isso depois foi decisivo para que o "tiburão" galo pudesse fazer com a classificação geral do Giro. Ao final, Rupérez só pôde ser 10.º em dita classificação geral, já que não se corresponde com as suas boas actuações, mas isso se deveu em grande parte a uma inoportuna queda na sexta etapa, que lhe fez perder mais de 5 minutos, com a particularidade que foi o único dos chefes de fileiras que resultou afectado por esse incidente. Descontando esses minutos, Rupérez tivesse concluído esse Giro na 6.ª praça, por adiante de Saronni, Beccia ou Moser. Se a maior virtude de Rupérez era a regularidade, o seu maior defeito era a sua escassa eficácia no sprint, coisa que lhe privou de alguns sucessos ao longo da sua carreira. Em mudança, foi um bom rodador, sendo temido pela suas longas escapadas em solitário, forjadas quando a estrada picava para acima, aproveitando tanto as ascensões como as descidas dos portos de montanha que pudessem enjeitar o percurso. Estes ataques foram a origem da imensa maioria das suas vitórias. Enquanto nas etapas contrarrelógio, pese a não atingir as prestações dos melhores ciclistas do momento, se defendia razoavelmente bem, como o demonstram vários Top-Ten em sendas etapas contra o crono da Volta a Espanha (o seu melhor posto nesta disciplina foi um 5.º, na de 1983) ainda que também fez gala de aceitáveis prestações nas etapas contrarrelógio dos Giros de Itália, que sempre contavam com um elenco de bons especialistas do pelotão internacional (o seu melhor posto numa etapa deste tipo foi o 10.º, ex-aequo com o especialista alemão Gregor Braun, na edição de 1983, mas também conseguiu vários Top-20) bem como na Volta à Catalunha ou na Volta ao País Basco (bastantes Top-ten entre ambas provas, com um 3.º como melhor posto, na edição de 1983 da Vuelta, tão só por trás do melhor especialista espanhol da época, Julián Gorospe, e do suíço Thalman). Ao longo da sua carreira, depois da sua prometedora temporada como neo-profissional (1979) Rupérez exerceu de líder da sua equipa nas temporadas 1980, 1981 e 1982, nas que se concentram os seus triunfos mais relevantes. Mas, a partir de 1983, com o contrato de Alberto Fernández pela ZOR, passou a exercer como seu lugartenente. Expressão que define melhor que a de gregário o seu desempenho em carreira. Esta circunstância repetiu-se na temporada de 1984. Uma dos episódios mais relevantes desta relação deu-se na Semana Catalã de 1983, já que no último dia de competição, quando Rupérez já a tinha virtualmente vencida, no trajecto que ia da descida do último porto de montanha até à meta, o soriano levantou o pé do pedal para que desse modo Alberto Fernández, que vinha luzindo o maillot de líder, mas bastante rezagado e muito justo de forças, pudesse recortar distâncias, manter essa liderança in extremis, e desse modo fazer com o triunfo final. Devido a diversos problemas físicos, ao terminar a temporada de 1985, que foi a única realmente fraca resultados, Rupérez decidiu pendurar a bicicleta. Quiçá prematuramente. Porque a sua foi uma carreira profissional mais bem curta, se a comparamos com a de outros ciclistas da época (e com mais razão se o comparamos com as carreiras dos ciclistas dos nossos dias). Apesar do qual, Rupérez acumulou um total de 31 vitórias como profissional (incluindo 28 na modalidade de fundo em estrada; uma em pista e outras duas na modalidade de ciclo-cross). Todo isso sem contar com vários triunfos menores, entre os que há que realçar diversos prêmios conseguidos em voltas de uma semana, como os da montanha (Semana Catalã de 79, Volta às Astúrias de 84, Volta aos Três Cantos de 85), ou da regularidade (Volta às Astúrias de 83), e inclusive o dos sprints especiais (Volta à La Rioja de 84... acumulados, não ao sprint, sinão graças a duas dessas longas escapadas que tanto lhe caracterizavam -e que também lhe valeram um triunfo de etapa nessa edição da citada competição-). Depois de abandonar o ciclismo profissional, foi o director técnico do grupo desportivo KAS, formação ciclista onde Sean Kelly ganhou a Volta a Espanha de 1988 às suas ordens. Como curiosidade, Faustino Rupérez é a única pessoa que tem ganhado a Volta a Espanha como corredor e como director. Depois do desaparecimento da equipa KAS, Rupérez foi também director da equipa . Em 1994 entrou na Federação Espanhola de Desportos para Cegos, onde é director técnico de ciclismo em tandem, tendo ido em dito posto aos Atlanta, Sydney e Atenas. (pt)
- Faustino Rupérez (ur. 29 lipca 1956 w San Esteban de Gormaz) – hiszpański kolarz szosowy startujący wśród zawodowców w latach 1979-1985. Zwycięzca Vuelta a España (1980). (pl)
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